Qué
pena que el mes pasado se nos fuera la grandísima poeta Francisca
Aguirre a la que agradecemos profundamente las palabras que nos ha
dejado.
LOS
SUEÑOS
De
vez en cuando me consuelo pensando
que
aunque yo haya ido muy poco al teatro
siempre
he tenido los sueños para suplir esa carencia.
Porque
los sueños son una especie de teatro íntimo.
Cuando
el teatro de la vida nos baja el telón
(lo
que suele ocurrir muy a menudo)
los
sueños acuden para consolarnos.
Ya
sé que algunos sueños no son precisamente de consuelo.
Pero
cuando no hay forma de actuar en el teatro de la vida
cuando
nos dicen que no quieren que formemos parte del elenco
justo
en ese momento
vienen
a socorrernos nuestros sueños.
Y
da igual que los sueños sean pesadillas
lo
importante es que estamos en escena
que
nuestra aparición es decisiva
que
sin nuestro papel no hay drama.
Por
eso nunca nos importa si la historia es ficticia o verdadera.
Lo
importante es soñar.
Soñar nuestro destino.
Francisca
Aguirre
(Alicante, 1930 - Madrid, 2019)
de
Historia de una anatomía, (Hiperión, 2011)
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