26 February 2015

Disobedient Objects. ¿Quién desobedece a quién?




La exposición Objetos desobedientes del museo Victoria and Albert de Londres nos ha mostrado el rol que han protagonizado los objetos en la lucha social desde los años setenta hasta la actualidad. Según los organizadores, los movimientos sociales son uno de los principales lugares donde la cultura florece, y ésta pretende ser una exposición enfocada al arte y el diseño desde abajo.

En la exposición hemos podido ver objetos que desobedecen a la función para la que fueron creados; por ejemplo, las cacerolas que se usaron en Argentina en el corralito de 2001; las arpilleras chilenas, piezas de tela cosidas a mano por mujeres, que sirvieron para denunciar las torturas y las desapariciones que tuvieron lugar durante la dictadura de Pinochet; botellas de plástico convertidas en máscaras antigás por quienes se manifestaron en Estambul contra el gobierno turco en 2013, con instrucciones para su fabricación casera incluidas; o una acción de la organización BLO (Barbie liberation organisation), en la cual se intercambiaron las cajas de voz de muñecas Barbies con las de G.I. Joe, para que dichos muñecos pudieran rebelarse contra los estereotipos de género que les habían sido asignados. También se han mostrado objetos diseñados con el fin de desobedecer, por ejemplo los libros-escudo de book block usados en las protestas estudiantiles por la defensa de la universidad pública y en contra de las medidas de austeridad en 2008, o un robot que pinta grafitis.

Book block
El recorrido por todos estos objetos me pareció en un primer momento muy inspirador, creativo y poético y fue asimismo enriquecedor como acercamiento histórico a los movimientos sociales. Sin embargo, al cabo de unos días empezó a chirriarme el hecho de haber visto estos objetos, protagonistas de la lucha anticapitalista, en uno de los museos de arte y diseño más importantes a nivel mundial. ¿Qué mueve a un museo que forma parte del sistema capitalista a dar luz a la lucha antisistema? Si este sistema se caracteriza siempre por sus intentos de ocultar esa parte de la historia, ¿se ha abierto aquí una brecha, o será que nos la están colando?

Respecto a la primera pregunta quiero pensar que esta exposición responde a un reflejo de la sociedad actual en la cual se ha dado en los últimos años una expansión de los movimientos sociales a capas más amplias de la sociedad. Esto parece que ha tenido una influencia positiva en la visión del activismo en la opinión pública y en los medios, y la figura del activista anticapitalista parece ahora un poco menos marginal y un poco más aceptada por la sociedad lo cual podría considerarse un pequeño logro del movimiento anticapitalista.

Sin embargo, ¿son los movimientos sociales los que han absorbido a una mayor parte de la población?; o por el contrario, ¿es esa masa de población, y a su vez el sistema, los que absorben al movimiento anticapitalista? Y siguiendo esta segunda posibilidad, ¿es esta exposición una forma de reducir la lucha social a lo anecdótico de un objeto?; o también, ¿es un intento de transformar esos objetos, que fueron utilizados o diseñados contra el capital, en parte del capital?

Precisamente María Castejón reflexiona en el artículo Feminismo publicitario o #feminismochic sobre los pros y contras de la expansión del movimiento feminista y la creciente visibilidad de este movimiento en los medios. Castejón dice que, por un lado, esto es positivo porque demuestra que la lucha ha trascendido el oscurantismo al que a menudo se condena al feminismo, e implica a la vez un feminismo rico en matices y diverso. Sin embargo, apunta también que, como contrapartida, esta visibilidad puede ser una reapropiación del capitalismo patriarcal que ve en el feminismo otro nicho de consumo dirigido especialmente a las mujeres, e implica, por tanto, asumir el feminismo dentro del capitalismo. Algo incompatible.

Guerrilla girls
Parece que tanto en el caso del movimiento feminista como en el de la exposición de objetos desobedientes, el sistema capitalista sigue jugando su papel de asimilar y neutralizar los movimientos que operan en su contra. Sin ir muy lejos, aquí, la que escribe, cuando acabó de ver la exposición se fue directa a la tienda del museo, y en un ataque de entusiasmo acabó pagando 20 libras por el catálogo de la exposición; un catálogo que, por otro lado, sigo ojeando con interés varias semanas después. Así que, varias semanas después, sigo sin aclarar si se ha abierto aquí una brecha o si nos la están colando; aunque, lejos de querer concluir, me atrevería a apuntar que se dan ambas y que, lejos de desanimarnos, se puede y se debe vivir con ello. Tal como apunta María Castejón sobre la expansión del movimiento feminista, hay que aprovechar la creciente visibilidad y expansión de estos movimientos, a la vez que hay que estar atentos para ver y analizar los intentos de asimilación y perversión por parte del sistema capitalista. 

A la luz de estas dudas me encantaría que compartierais vuestra opinión o impresiones sobre este tema, ¿alguien se anima?

*Por supuesto para los que estáis cerca mucho mejor en persona y con una cerve de por medio, aunque cualquier aportación por aquí es más que bienvenida.

1 comment:

  1. Aquí os dejo también el link del muy interesante artículo sobre la misma exposición que escribió la amiga Marta Hernández Parraguez para la revista "Escáner Cultural": http://www.revista.escaner.cl/node/7588

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